60 años permanecieron las piedras del Patio de Armas en manos privadas, desde su desmantelamiento (1904) hasta su reconstrucción (1964)
 

Sobre el mirador, no expoliado, Martínez, Prieto Moreno, Miguel Flores, alcalde de Vélez Blanco, Valera Ortiz, encargado de obras y dos vecinos.   La Voz. 
Publicaba LA VOZ el pasado viernes un artículo sobre  otro paso más que se ha dado para la reconstrucción del Patio de Honor del castillo de Vélez Blanco en su lugar original, del que falta desde que en 1904 fue vendido al anticuario francés Goldberg, quien lo desmontó bloque a bloque, incluidas ventanas, puertas y algunos frisos interiores y se lo llevó a París.

Goldberg pagó por el conjunto 80.000 pesetas, que recuperó sólo con la venta de la puerta de bronce. Los frisos aparecieron por casualidad en los sótanos del Louvre hace una década. Los dos mil bloques de piedra y los mármoles de las balaustradas los adquirió en 1913 el director del Museo Metropolitano de Nueva York, Blumenthalt, y con ellos se hizo el patio de su casa.

A su muerte en 1943 donó el conjunto al Museo que dirigía. Allí intentaron montarlo pero la cosa no iba a ser tan sencilla como parecía. Faltaba la Torre del Homenaje, la planta baja que da a levante, la arcada del mirador… y el incomparable cielo andaluz como techo. Todo ello se quedó en Vélez Blanco.

Reconstrucción 
Aquello era un rompecabezas en el que faltaban demasiadas piezas. Entonces los norteamericanos encargaron a Olga Raggio, Assistant Curator del Museo Metropilitano, que se ocupara del tema.

Raggio contactó epistolarmente con el Conservador de los Monumentos de la VII Zona del Patrimonio Nacional, el almeriense Adolfo Martínez, para que le facilitase planos, dibujos y fotos del Patio de Honor en su lugar original, antes del expolio. Martínez se puso manos a la obra y fue a Vélez Blanco a fotografiar lo que quedaba del castillo y conseguir fotos del Patio.

Lamentablemente sólo existía una acuarela del conjunto claustral, que reproducimos, y algunas fotos de rincones concretos que, por gentileza de Pedro Martínez, hijo del arquitecto, acompañan a este reportaje y que nunca habían sido publicadas hasta hoy.

El montaje 
En el año 1959 dio comienzo la reconstrucción del Patio de Honor en el Museo Metropitano. Dos mil bloques de piedra y cientos de metros de frisos y balaustradas que no había forma de encajar.

La ausencia de los elementos ya citados, que no pudieron llevarse los expoliadores porque el pueblo empezó a ponerse bravo, hizo que el montaje fuese laborioso y que tuviesen que cambiar algo la estructura. Permutaron las fachadas de levante y poniente, en el lugar de la Torre del Homenaje se colocó un balcón y una puerta en la planta baja, la balaustrada del mirador se recompuso con mármol italiano y las terrazas quedaron rematadas con pavimento liso.

Más alteraciones hubo que hacer para encajar bien el pu-zle. Los mármoles del Salón del Triunfo se colocaron en la planta baja frente a la fachada de los seis balcones. El escudo de la Torre lo pusieron ante la puerta de entrada cuyo originalde bronce, desapareció, como ya hemos dicho. Pero el cielo, el clima, el paisaje y, en general, el entorno velezano resultaron imposibles de reproducir.

Afortunadamente, la inscripción grabada a lo largo de la cornisa se salvó. Este es el texto, ya traducido del latín: “Pedro Fajardo, I Marqués de los Vélez y V Gobernador del Reino de Murcia, erigió este castillo como castillo de su título. Esta obra fue comenzada el año 1506 d.C. y terminada en el año 1515”.

Tras la adquisición del castillo por la Junta al marqués de Valverde en 2005 los almerienses confiamos en ver pronto el Patio en su estado original.